Este es un cuento Chol de nombre un brujo muy viejo
UN BRUJO MUY VIEJO
No se sabe cuándo, cómo ni por qué… pero se cuenta que en Tila existía un viejo que vivía en su casa con sus nueve hijos. Este anciano tenía una costumbre un poco rara. Dormía en el día y estaba despierto por la noche. En cuanto llegaba la tarde, despierto por la noche. En cuanto llegaba la tarde, se bañaba, se vestía bien y salía a la calle.
Sus hijos no sabían nada de las actividades del viejo, porque desde que eran pequeños les prohibió preguntar e interesarse en lo que él hacía. El no tenía mujer. De esto tampoco sabían nada sus hijos. Solo los mayores les decían a los menores que un día su madrea había desaparecido de repente, sin regresar jamás. Los hijos dormían en un cuarto grande a l alado de la cocina y, como de costumbre, escuchaban ruidos y voces durante toda la noche. Pero ninguno de ellos sabía qué pasaba ahí en la concina, pues tenían prohibido hasta tener curiosidad sobre lo que ocurría en ese lugar.
Así pasaban los días, los meses y los años en esa casa. Hasta que un día, uno de los hijos se levantó por la noche para orinar afuera. Al regresar a su cama vio hacia la cocina. En ese momento salió luna e iluminó completamente el interior de la casa por pura casualidad. Ese hijo s espantó mucho por que vio que estaban muchas calaveras sentadas a la maesa comiendo, bebiendo y hablando en un idioma que él no conocía. Inmediatamente fue a despertar a todos sus hermanos y les enseñó eso que él había visto. Desde es a noche los hijos decidieron ya no obedecer al viejo, pues querían saber que era lo que estaba pasando en su casa. Otra noche, cuando el viejo empezó a vestirse, sus hijos se fueron a la cama, fingieron dormir pero se mantuvieron vigilando y por fin vieron lo que hacía mantuvieron vigilando y por fin vieron lo que hacía el viejo: salía de la casa se dirigía hacia un lugar donde limpiaba todas las mañanas con una escoba que guardaba debajo de la cama. El lugar se encontraba detrás de la casa, bajo un árbol muy grande. Ahí se quedaba un rato parado, luego levantaba los brazos y empezaba a decir:
-¡Bájate carne, bájate carne!
Y entonces la carne de su cuerpo bajaba, en unos quince minutos se quedaba sin carne; solamente con su calavera.
Se fue volando hacia las montañas negras por la obscuridad, a donde los hijos nunca habían llegado. Fue así como se dieron cuenta que su papá era brujo. Al ver esto, los niños ya no pudieron dormir, y se quedaron esperando a que regresara el viejo. Ya como a la una de la madrugada empezaron a escuchar pasas y voces afuera de la casa. Vieron entrar muchas calaveras a la cocina, ahì empezaron otra vez la fiesta como siempre. En la mesa, había varias comidas: frutas, hierbas, carnes… muchas carnes… algunas con huesos de gente. Los hijos se quedaron muy asustados, pero seguían mirando todo lo que pasaba…
Poco antes del amanecer, se levantaron las calaveras, salían una tras otra, y única calaveras que quedó se dirigió al lugar en donde el viejo se quitaba su carne, se paró ahí y levantando los brazos otra vez, de su boca salieron estas palabras:
-¡Súbete carne, súbete carne!
Después de quince minutos, el viejo limpiaba el lugar con su escoba para que no quedaran señas de lo que había pasado,
Los hijos se reunieron y hablaron de lo que iban a hacer. Ya estaban hartos de escuchar ruidos y voces extrañas por la noche.
Otra noche, los hijos prepararon una cantidad de limón, sal, cilantro y chile. Cuando el viejo se fue volando, pusieron esta mezcla en la carne que dejaba el viejo; lo hicieron muy bien; revolvieron la carne con le limón, la sal, el cilantro y el chile. Esa noche también pasó igual que las anteriores; la calavera del viejo regresó a su lugar, donde dejaba su montoncito de carne, dijo lo mismo de siempre:
-¡Súbete carne, súbete carne!
Pero ya no subió su carne, como antes.
-¡súbete carne, súbete carne! --- decía.
La calavera se puso un poco nerviosa; ordenó fuertemente y muchas veces:
-¡Súbete carne, súbete carne! ---- así, haciendo un esfuerzo, se la pasó hasta el amanecer.
Cuando se dio cuenta la calavera de lo que le estaba pasando, ya se encontraba rodeada de gente, ya no sabía qué hacer. Así que se fue volando, no se sabe a dónde, ya no regresó jamás.
RELATOS CHOLES
ALBILBA TYI LAKTY’ AÑ
LENGUAS DE MÈXICO
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
PÀGINA: 85
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