Ya lo diría el General Castro: "Donde falta
humanidad, no puede haber derechos humanos." Cumbre Social del 2000. Se
culpa a la revolución tecnológica actual de la pérdida de los valores
humanísticos que, tradicionalmente, han caracterizado al arte y la cultura como
elementos de identidad y transformación social y personal.
Los avances tecnológicos en el campo de la comunicación
siempre han sido objeto de estudio de las ciencias sociales, puesto que las
nuevas formas de relación social que generan provocan una transformación en los
hábitos y costumbres de la sociedad. Ya en el siglo XIX, la invención del
telégrafo y, posteriormente, del teléfono implicaron un cambio en las
relaciones personales y comerciales, que contaban con detractores y partidarios
de las mismas. Las preocupaciones en contra señalaban al aislamiento social y
la falta de intimidad como algunos de los perjuicios de estas innovaciones, y
las opiniones a favor abogaban por el aumento de la interacción y conexión
entre las personas. Con Internet y la explosión de las redes sociales estos
puntos de vista no han cambiado demasiado de los de aquella época. Pero el
progreso también evoluciona, y la diferencia obvia es su gran difusión en
periodos mucho más cortos, lo que conforma el fondo de las investigaciones
sobre el impacto social de las redes sociales.
“En comparación con la revolución
industrial, la invención de la imprenta y el progreso de las comunicaciones no
han encontrado hostilidades relevantes; por el contrario, siempre se han aplaudido
y casi siempre han gozado de eufóricas previsiones” (…)”En este contexto, las
objeciones y los temores no han atacado a los instrumentos, si no a su
contenido” (…) “La televisión nos muestra imágenes de cosas reales, es
fotografíay cinematografía de lo que existe. Por el contrario, el ordenador
cibernético (para condensar las ideas en dos palabras) nos enseña imágenes
imaginarias. La llamada realidad virtual es una irrealidad que se ha creado con
la imagen y que es realidad sólo en la pantalla”[1]
Este medio de comunicación, se ha tornado muy popular en
este mundo globalizado, sin distinción de edad, sexo, ocupación, religión, raza
o clase social. Es un punto interesante, en ese caso es antidiscriminatoria,
cualquier persona que supere el límite de edad preestablecido por las políticas
de la compañía, puede abrir una cuenta y crear su perfil sin ninguna
restricción. Allí viene las cuestiones referentes a la vida cotidiana y su
impacto social: la historia de cada usuario de la red se ve expuesta.
Obviamente eso dependerá de los permisos que administre la persona que crea el
perfil, los contactos que acepte, la configuración de la privacidad, o la
seguridad que implemente al crear contraseñas, pero inevitablemente la
información puede filtrarse fácilmente en el mundo web, ser atacada por algún
cibercriminal, o simplemente por una acción inocente, descuidada o
confiada del propio usuario.
Las redes sociales en Internet son comunidades
virtuales donde sus usuarios interactúan con personas de todo el mundo con
quienes encuentran gustos o intereses en común. Funcionan como una plataforma
de comunicaciones que permite conectar gente que se conoce o que desea conocerse,
y que les permite centralizar recursos, como fotos y vídeos, en un lugar fácil
de acceder y administrado por los usuarios mismos.
“La
palabra es un símbolo que se resuelve en lo que significa, en lo que nos hace
entender. Y entendemos la palabra sólo si podemos, es decir, si conocemos la
lengua a la que pertenece; en caso contrario, es letra muerta, un signo o un
sonido cualquiera. Por el contrario, la imagen es pura y simple representación
visual. La imagen se ve y eso es suficiente; y para verla hace falta poseer el
sentido de la vista, basta con no ser ciegos” (…) “su explicación está
básicamente en función de las imágenes que aparecen en la pantalla” (…)
“la televisión no es sólo un instrumento de comunicación; es también a la vez,
paideía (proceso de formación del ser humano)” (…) “esta tesis se fundamenta,
como premisa, en el puro y simple hecho de que nuestros niños ven la televisión
durante horas y horas, antes de aprender a leer y escribir” (…) “la televisión
es la primera escuela del niño” (…) “el problema es que el niño es una esponja
que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve (ya que no posee aún
capacidad de discriminación)” (…) “el video-niño, es pues, un adulto marcado
durante toda su vida por una atrofia cultural” (…) “pero cultura es además
sinónimo de saber” (…) “el mensaje con el cual la cultura se recomienda y
auto-elogia es que la cultura del libro es de unos pocos, es elitista, mientras
que la cultura audio-visual es de la mayoría”[2]
Dado que las redes sociales son de fácil acceso a quienes
cuentan con una conexión a Internet, surgen los programas de mercadotecnia
en redes sociales. Estos programas básicamente tienen como objetivo el crear
contenido que además de atraer la atención de la gente también la incite a
compartir dicho contenido. Este contenido, en teoría, debe tener un mayor
impacto en la gente que lo recibe porque proviene de una fuente confiable (como
amigos y familiares).
Otro de los efectos de las redes sociales más estudiado
es el poder de manifestación que poseen, en el más amplio sentido de la
palabra. La inmediatez de la comunicación, y transmisión de opiniones y
contenido las convierte en un potente instrumento social. Los movimientos
ciudadanos se organizan a través de las redes sociales originando hechos
históricos como la reciente "Primavera árabe". El capital social,
analizado en innumerables ocasiones por sociólogos y antropólogos como el valor
de la colaboración e intercambio entre grupos, a través de una red de
relaciones, que permite el acceso a determinados recursos para el beneficio
grupal e individual, cobra un nuevo significado a la luz de las modernas
maneras de interrelación que producen las redes sociales. Su funcionalidad y
ubicuidad tienen una repercusión compleja en la sociedad, su impacto, tanto
global como local, se incrementa y desarrolla a cada minuto con nuevas utilidades
que dan lugar a cambios sustanciales para la colectividad y los individuos.
Desde el punto de vista del marketing y de la ingeniería
social, las redes sociales constituyen el ámbito de exposición y conocimiento
masivo de productos, como de captación de clientes. Lo que está en allí existe;
es actual, innovativo, rentable, aceptable, popular. La gente lo querrá
adquirir, porque conoció ese producto a través de facebook, por ejemplo; debe
ser beneficioso, muchos lo compran. En materia de marketing político son
muy útiles: los candidatos exponen sus discursos políticos al electorado a
través de estos medios masivos de comunicación, y hasta pueden sondear
digitalmente el impacto de su imagen en la ciudadanía o las preferencias de la
misma, incorporando observatorios electorales on line.
La vida cotidiana pasa a ser parte del facebook,
del twitter o del my space: los logros, los fracasos, las alegrías, las
tristezas, las expectativas, los miedos, todo. O sea, sin face, hay
carencia de protagonismo en la sociedad, pareciera.
La libertad de expresión en internet, es un punto controvertido:
se contrapone a los derechos de intimidad, protección de datos
personales, y propiedad intelectual. Creo que la solución es recurrir a normas
jurídicas equilibradas y sociales, fundamentalmente: un derecho finaliza donde
comienza el del prójimo. Se deben respetar los principios constitucionales
establecidos.
“Casi
todo nuestro vocabulario cognoscitivo y teórico consiste en palabras abstractas
no tienen ningún correlato en cosas visibles y cuyo significado no se puede
trasladar ni traducir en imágenes” (…) “nuestra capacidad de administrar la
realidad política, social y económica en la que vivimos , y a la que
se somete la naturaleza del hombre, se fundamenta exclusivamente en un
pensamiento conceptual que representa entidades invisibles e inexistentes” (…)
“la televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia
nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”
(...) “lo que nosotros vemos o percibimos concretamente, no produce ideas, pero
se insiere en ideas (o conceptos) que lo encuadran y lo significan “.[3]
El pensamiento humano (reflejado en el lenguaje) es la
abstracciones de ideas y entes invisibles y complejos que reproducen e
interpretan la realidad en la que vivimos, que, para nuestro pensamiento, va
más allá de aquello meramente tangible, siendo, la interacción, las emociones y
los actos, aquello que tratamos de transmitir con las palabras. La televisión
rompe con este pensamiento, volviendo al ser humano un receptor de simples
imágenes que hacen que este vea su entorno sin interpretarlo y abstraerlo,
limitándolo a aquella imagen que es solamente física y vacía de conceptos.
“Las
nuevas fronteras son Internet y ciberespacio, y el nuevo lema es ser digitales”
(…) “el televisor es un instrumento monovalente que recibe imágenes con un
espectador pasivo que lo mira, mientras que el mundo multimedia es un mundo
interactivo, polivalente” (…) “distingamos tres posibilidades de empleo 1) una
utilización estrictamente práctica, 2) una utilización para el entretenimiento
y 3) una utilización educativo-cultural” (…) “en la medida en que internet es
una diversión, un entretenimiento, la televisión resultará vencedora entre los
perezosos” (…) “mientras que internet triunfará entre los activos, los que
quieran dialogar y buscar” (…) “la cuestión es qué un número de personas
utilizará internet como instrumento de conocimiento” (…) “internet es sobre
todo un terrifict way to waste time”[4]
Haciendo
un comparativo, Sartori demuestra que internet tiene mayor posibilidad de
reencauzar al hombre hacia el análisis y la información que cultiva, aunque
deja ver que es un arma de doble filo, ya que también puede ser una herramienta
meramente de entretenimiento en la cual sus efectos son similares a los de la
televisión.
En
palabras de Federico Fellini director de cine y guionista italiano “la televisión
es el reflejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”. Una
sociedad fragmentada en minorías aisladas, discriminadas, que ha desvitalizado
sus redes vinculares, con ciudadanos carentes de protagonismo en procesos
transformadores, se condena a una democracia restringida. La intervención en
red es un intento reflexivo y organizador de esas interacciones e intercambios,
donde el sujeto se funda a sí mismo diferenciándose de otros.
Según
algunos, las redes sociales se basan en la teoría de Seis grados de separación,
esta dice que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra
persona en el planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de
seis intermediarios. La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por el
escritor húngaro Frigyes Karinthy en una corta historia llamada Chains. El
concepto está basado en la idea que el número de conocidos crece
exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño
número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta
en la población humana entera.
En
las redes sociales en Internet tenemos la posibilidad de interactuar con otras
personas aunque no las conozcamos, el sistema es abierto y se va construyendo
obviamente con lo que cada suscripto a la red aporta, cada nuevo miembro que
ingresa transforma al grupo en otro nuevo. La red no es lo mismo si uno de sus
miembros deja de ser parte.
Y ¿usted
para que ocupa las redes sociales en internet?, ¿hay uso exclusivo para el
amarillismo? ¿Generamos conocimiento? ¿Realmente el homo sapiens ha
evolucionado? Bueno son interrogantes que tal vez tengan un trasfondo social y
la respuesta puede ser obvia, pero realmente reflexionamos sobre el uso que le
damos a las tecnología que nos invaden poco a poco o que ya nos conquistaron.